La Menta, perteneciente a la familia de las lamináceas, es una planta perenne de tallo fino que presenta unas hojas lanceoladas de color verde claro y brillante, de flor pequeña de color púrpura o rojo violáceo, que aparece principalmente durante los meses de verano.

La Menta tiene su origen en regiones asiáticas como la antigua Mesopotamia y Egipto.

La menta fresca contiene fibra, hierro, magnesio, proteínas, vitamina C, y ofrece un alto contenido en calcio. Es un estimulante general, y uno de los antiespasmódicos más recomendables.

Resulta muy refrescante en cualquier tipo de ensalada. También combina sabrosamente en salsa con carne de cordero. Se utiliza mucho en la industria de repostería. Para conseguir efectos sedantes y promover la digestión, es bueno tomar durante el día una infusión de hojas frescas. También se recomienda esta infusión en los catarros de las mucosas, dado que facilita la expectoración impidiendo la formación de materias que se expectoran. La infusión con leche mitiga los dolores abdominales y expele los gases.

La menta fresca se conserva en bolsa de plástico en frigorífico.