La lima es una fruta tropical típica que se caracteriza por su aroma inconfundible. Su piel puede adoptar diferentes tonalidades del verde al amarillo. No contiene semillas en general, y si las hay, aparecen en pequeñas cantidades. Su pulpa, muy aromática, tiene un exquisito sabor. Existen numerosas variedades, pero destacan 2 grupos principales para el comercio internacional: la lima Key y la lima de Tahiti. Se puede disfrutar de este cítrico todo el año, gracias a las diferentes épocas de cosecha de las distintas regiones de origen.

El origen de la lima se sitúa en el archipiélago de Malasia, pero actualmente su cultivo se extiende a Asia, India, Sri Lanka, Sudáfrica, Brasil, México, la península de Florida y la zona del Caribe.

Esta fruta tropical es muy rica en vitamina C. Asimismo es un alimento muy recomendable para la prevención del cáncer y del escorbuto. También es muy eficaz contra la tos, el mal de cuello y todos los síntomas habituales de la gripe. La lima es una fruta sin grasas, ni colesterol, baja en calorías, y que contiene mucha fibra.

La lima es muy aromática. Asimismo, se puede utilizar el zumo, la piel y la pulpa para refrescar y aromatizar cualquier pastel o postre. La lima, que se caracteriza por ser muy jugosa, también resulta un ingrediente ideal para elaborar bebidas refrescantes y es imprescindible en la preparación de cócteles y combinados.

Es recomendable conservar la lima en un lugar fresco o refrigerado hasta el momento de consumirla.