Su nombre procede del cruce de las palabras “Nectarine” y “Apricot”, es decir, nectarina y albaricoque, resultando ser, como su mismo nombre indica un cruce entre ambas. Es una fruta dulce y jugosa.

Su cultivo es común en Sudáfrica en la actualidad.

Proporciona vitaminas A, B y C, y tiene propiedades digestivas. Además contiene azúcares naturales y sales minerales.

Es mejor comerla al natural para disfrutar de su particular sabor así como de su aromática pulpa, jugosa y sabrosa. Es preferible comer un nectarcot maduro para saborear todas sus cualidades organolépticas, lo que se reconoce al ser sensible al tacto. También se puede mezclar en macedonias o frutadas, a las cuales darán un toque aromático incomparable.

El nectarcot se conserva perfectamente en un lugar fresco y refrigerado durante varios días. Es recomendable dejarlos madurar a temperatura ambiente, y luego conservarlo en frigorífico.