El mangostán es un fruto tropical de exquisitas cualidades gustativas, proveniente de un árbol de la familia de las hipericáceas. De forma esférica, su gruesa piel es de color marrón violeta. Su pulpa, dividida en 5 o 6 segmentos, es blanca, muy jugosa, refrescante y sabrosa, y se deshace suavemente en el paladar. Este fruto tropical dulce destaca por su delicioso aroma.    

El origen del mangostán se sitúa en las zonas tropicales de Asia. En la actualidad, se cultiva en los países tropicales y subtropicales y los principales productores son Tailandia, Indonesia, China, así como América del Sur y Sudáfrica.      

El mangostán contiene proteínas, vitamina C, y un altísimo porcentaje de vitamina B. Ofrece asimismo propiedades refrescantes muy apreciadas en los países de clima tropical y templado.    

La mejor forma de comer el mangostán para saborear su exquisitez y exotismo es al natural. Para ello, se aplasta ligeramente el fruto para que la piel se abra y deje al descubierto los segmentos de jugosa y sabrosa pulpa que con un pequeño tenedor pueden comerse directamente.      

El mangostán se conserva en óptimas condiciones en el frigorífico.