El lichi, de la familia de las sapindáceas, es un fruto exótico de forma ovalada, de unos 4 cm de diámetro. Esta fruta presenta un color entre rojo y rosado y tiene una piel fácil de quitar. El interior contiene una masa carnosa que recubre totalmente la semilla. Su pulpa, blanca y transparente, similar a la de la uva, es muy jugosa y dulce. Entre otras características, el lichi es muy apreciado por el exquisito sabor de su pulpa y su aroma delicioso.

El lichi tiene su origen en el sur de China. Se tiene constancia de su existencia desde hace más de 2000 años. Actualmente se cultiva en las zonas de la China subtropical, el norte de India, Sudáfrica, las islas de la Reunión y Madagascar.

El lichi es muy rico en vitaminas B y C, proteínas, fibra, y carbohidratos. Es muy recomendable para una dieta equilibrada y sana.

El principal consumo y la mejor manera de disfrutar del sabor del lichi es comerlo al natural. También combina perfectamente con platos de pescado y arroz, y salsas aromáticas. Para postres también es ideal en macedonias a las que dará un toque tropical garantizado.

Los lichis se conservan en perfectas condiciones en frigorífico.